Libertad, Ciudad de México,
Junio 11 del 2019.-El presidente de Estados Unidos, Donald
Trump, dijo este martes que si él quiere puede hacer que entre
en vigor su supuesto acuerdo secreto con México, y contradijo así
la versión del Gobierno mexicano y su propia afirmación de que
para implementar el pacto hace falta que antes lo ratifique el Congreso del país
vecino.
Antes de abandonar la Casa
Blanca rumbo a Iowa, Trump se acercó a la prensa y sacó de su
chaqueta una hoja de papel doblada, que agitó ante los periodistas sin
mostrar su contenido.
"Este es el acuerdo que
todo el mundo dice que no tengo. Voy a dejar que México haga el anuncio (sobre
su contenido) en el momento adecuado", aseguró el mandatario.
Trump lleva desde el domingo insistiendo
en que el acuerdo que su Gobierno alcanzó el pasado viernes con el mexicano
para frenar la imposición de aranceles a las importaciones del país vecino
incluye elementos que aún no se han anunciado.
El ministro de Exteriores
mexicano, Marcelo Ebrard, aseguró este lunes que "no hay ningún acuerdo de
ninguna especie que no se haya dado a conocer" y que todo lo que se pactó
fue divulgado el viernes, pero Trump ha continuado con su versión.
"Esta es una página de un
acuerdo muy largo y muy bueno entre México y Estados Unidos", recalcó el
mandatario.
Opinó que el Gobierno mexicano
no quiere hacer público todavía el acuerdo porque su contenido "tendría
que someterse a (la aprobación de) su órgano legislativo".
Pero después, al ser
preguntado por si hay alguna circunstancia que le llevaría a revelar el
contenido del acuerdo, Trump respondió que podría hacerlo, e incluso
implementar el pacto, "si los números (de inmigrantes indocumentados que
llegan a Estados Unidos después de atravesar México) no bajan mucho".
"Esto entra en vigor
cuando yo quiera. Es una opción que tengo", subrayó.
Trump comenzó a asegurar que
había un pacto todavía secreto con México después de que el diario The New
York Times afirmara que algunos puntos del arreglo revelado el viernes se
acordaron hace meses.
El acuerdo que se hizo
público, fruto de una semana de intensas negociaciones en Washington, obliga a
México a incrementar la presencia policial en su frontera con Guatemala y
permitirá a Estados Unidos ampliar a toda la frontera un programa destinado a devolver
a México a los solicitantes de asilo que llegan a su país.
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