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Exige además que los servidores públicos corruptos devuelvan lo que se roban
con su patrimonio propio
Libertad,
Mexicali, B. C., Mayo 13 del 2019.-En el segundo debate
organizado por el Instituto Estatal Electoral (IEEBC), el candidato del Partido
de Baja California a gobernador, Ignacio “Nacho” Anaya Barriguete se pronunció
en contra de la compra de votos, las decisiones unilaterales, la mentira y el
abandono.
Además, exigió que los
servidores públicos corruptos devuelvan con su propio patrimonio lo que haya
robado o desviado del erario, para lo cual, propondrá al Congreso una
iniciativa de reforma a la Ley de Responsabilidades de los Servidores Públicos.
Sin dejar de reconocer que
hay corrupción galopante en el manejo de los recursos públicos, “Nacho” Anaya
destacó que el mayor obstáculo es que los gobiernos no le dan oportunidad a los
ciudadanos de participar en la toma de decisiones, y, por lo tanto, la Ley de
Participación Ciudadana la han convertido en letra “muerta”.
Su propuesta es que esa Ley
esté “viva”, que se practique, impulsar plebiscitos, iniciativas ciudadanas,
independencia económica al Instituto Estatal Electoral (IEEBC) y que se elimine
el financiamiento a los partidos políticos, para que los 500 millones de pesos
que se gastan ellos los aprovechen para los ciudadanos.
Lo más grave, advirtió es
que el gobierno de Francisco “Kiko” Vega “tiene metidas las manos en el proceso
electoral, y debe sacarlas manos, dejar que los electores voten de manera
razonada y libre. Está jugando sucio, repartiendo dinero y recursos públicos
para comprar votos, y lo que es peor, apoya a Bonilla”.
“Nacho” Anaya manifestó
confianza en la ley, en los intentos sanos por reformar para proteger a los
ciudadanos de los malos gobiernos, pero más que desconfianza en el Sistema
Estatal Anticorrupción, el cual no considera la panacea, aclaró que no confía
en el gobernador actual ni en la mayoría de los diputados locales.
Para finalizar, invitó a
votar por él y el Partido Estatal de Baja California, el partido de casa, que
mueve a los ciudadanos a decidir aquí mismo, y no como los partidos nacionales,
que “son la misma pachanga de siempre”, y “desde el centro les dicen qué
pensar, qué hacer, qué comer y beber”.
“Lo que no está a consulta
es si el gobierno debe ser honesto, porque tiene que serlo; la honestidad no se
consulta, se ejerce”, concluyó.
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