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Reglas de origen automotriz, plazos para revisión, solución de controversias y
temporalidad de las exportaciones, son temas que detienen la renegociación
frente a tiempos políticos
Libertad,
Tijuana, B.C., Mayo 17 del 2018.-El gobierno de Estados
Unidos, encabezado por el presidente Donald J. Trump, no ha querido quitar el
freno de mano en las reglas de origen del sector automotriz para que la
renegociación avance y concluya, a pesar de que se tenía previsto que en la
primera quincena de mayo se concretara un principio de acuerdo en la
renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN).
Así lo expresó el presidente
de TLC Asociados, Octavio de la Torre de Steffano, quien consideró que está
claro que el calendario político no debe apresurar la renegociación, porque son
temas que tendrán repercusión en la economía del país por los próximos 30 años.
Agregó que si no hay
resultados en los siguientes días, los trabajos pueden continuar con el actual
Tratado en vigor a pesar de que, por los tiempos políticos de Estados Unidos,
el 17 de mayo sea una fecha límite para aprobar un principio de acuerdo.
Recientemente, la canciller
canadiense, Chrystia Freeland, el representante comercial de Estados Unidos,
Robert Lightzer, y el secretario de Economía de México, Ildefonso Guajardo, se
reunieron en Washington con el fin de alcanzar un principio de acuerdo, pero no
lo lograron.
En dichas reuniones, el
equipo negociador mexicano, luego de consultas a la industria automotriz
mexicana, propuso un requisito de contenido regional para los autos del 70 por
ciento, en respuesta a la demanda estadunidense de elevarlo del 65 al 75 por
ciento.
Según De la Torre de
Steffano, México ha mostrado voluntad para llegar a un acuerdo y buscar una
solución en este tema, sin embargo, Estados Unidos mantiene una postura
inflexible, e insiste en el 75 por ciento con el fin de que las plantas
asentadas en México regresen a la Unión Americana.
El experto en materia fiscal
consideró que si el gobierno mexicano cede completamente significaría un duro
golpe para el sector automotriz mexicano y su proveeduría, lo que repercutiría
en la pérdida de empleos, por ello lo complicado del tema que ha estancado la
negociación.
Si bien Estados Unidos no ha
cedido en las reglas de origen, tampoco lo ha hecho en temas como la cláusula
“sunset”, con la que busca terminar el pacto cada cinco años para su revisión,
así como en la eliminación del capítulo de solución de controversias, y en la
temporalidad de las exportaciones del sector agrícola, que afectaría a
exportadores mexicanos.
La urgencia de un principio
de acuerdo se encuentra en las esferas políticas tanto de Estados Unidos como
de México, no obstante, el sector empresarial tiene claro que no se puede
apresurar la negociación en detrimento de la calidad del acuerdo y permitiendo
que no haya equidad en los temas acordados.
Para Estados Unidos también
es muy importante mantener el TLCAN, incluso el sector empresarial
estadounidense está presionando al presidente Donald Trump a no retirarse del
pacto comercial y negociar para llegar un acuerdo, pero la política
proteccionista está frenando los avances de la renegociación en contra de una
mayor competitividad en Norteamérica.
Tras las reuniones
ministeriales los equipos técnicos seguirán trabajando mientras se aproxima la
fecha crucial del 1 de junio, al cumplirse el plazo que fijó Estados Unidos
para exentar a México y Canadá de los aranceles al acero y aluminio.
Finalmente, el especialista
en Comercio Exterior consideró que el gobierno mexicano no debe permitir ser
rehén de esta amenaza y como un aliado estratégico deberá exigir que este
arancel no se imponga y se convierta en moneda de cambio en la negociación del
TLCAN, por lo que habrá que ver la decisión de Estados Unidos, ya que el
arancel impactaría la industria acerera mexicana.
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