* Ludopatía, enfermedad crónica y progresiva, puede afectar de 1 a 3.4 por ciento de la población: diputada García Pérez
*
Inauguran foro “Retos para enfrentar el juego patológico”; especialistas
señalan que se requieren políticas públicas
*
Estrategia conjunta de Estado para aminorar conductas nocivas y favorecer una
alternativa sana de recreación: Segob
*
Entre 60 y 65 por ciento de los asistentes a casinos son mujeres, de 45 años en
adelante: IAPA
Libertad,
Ciudad de México, Marzo 21 del 2018.-Durante el foro “Retos para
enfrentar el juego patológico”, legisladores, funcionarios, profesionistas,
especialistas y asociaciones civiles analizaron las implicaciones de la
ludopatía en México, enfermedad crónica y progresiva, los desafíos para
prevenir su impacto, y la necesidad de consolidar políticas públicas de
prevención y tratamiento integral.
La diputada María García
Pérez (PAN), presidenta de la Comisión Especial de Salud Mental y Drogas,
sostuvo que la ludopatía es un problema de salud pública que debe atenderse
responsable y oportunamente, desde su prevención hasta la recuperación del
adicto.
Se requieren modelos
efectivos y planes estratégicos que permitan identificar los trastornos
físicos, emocionales y psicológicos vinculados al juego patológico entre la
población mexicana, a fin de diseñar programas de tratamiento integrales que
permitan una atención de calidad, apuntó.
Estimó que la ludopatía
puede afectar de 1 a 3.4 por ciento de la población, y la Organización Mundial
de la Salud la clasifica como una enfermedad crónica progresiva, un trastorno
del control de impulsos, caracterizado porque las personas dedican gran parte
de su atención y recursos a jugar en casinos o de forma virtual.
Los ludópatas se preocupan
por planificar sus próximos juegos o piensan constantemente en nuevas formas de
conseguir dinero para continuarlos, pierden interés por otras actividades e
incluso el sentido de responsabilidad para asistir a trabajar y cumplir con sus
compromisos.
Al inaugurar el evento,
Eduardo Cayetano Cacho-Silva, director general de Juegos y Sorteos, de la
Secretaría de Gobernación, apuntó: debe configurarse una política de Estado
conjunta para establecer estrategias que aminoren las conductas nocivas en
torno al juego, a fin de favorecer que sea una alternativa sana de recreación.
Que el juego permita la
integración de las personas, sobre todo porque buscan a través de los casinos
el encuentro social y mantener un espacio y tiempo ocupados; sin embargo, las
instancias de gobierno deben atender estas prácticas de forma permanente, ya
que implica grandes riesgos como la pérdida del patrimonio familiar y, por
supuesto, conductas delictivas cuando el juego se ejerce sin control.
Destacó la importancia de
realizar acciones concretas de coordinación y concertación para que el juego de
azar sea una actividad sana y no nociva, ya que puede inducir a conductas
obsesivas con repercusiones delictivas.
María del Rosario Tapia
Medina, directora general del Instituto para la Atención y Prevención de las
Adicciones en la Ciudad de México (IAPA), resaltó la importancia de analizar
las adicciones sin sustancia como el juego patológico, cuya práctica lleva a la
misma compulsión como si se consumiera cocaína, heroína, mariguana, alcohol o
tabaco, porque no se puede dejar de hacerlo.
Las adicciones sin sustancia
incluyen conductas como el juego, sexo, compras y comida, que dan satisfacción
momentánea, pero que pueden conducir a un comportamiento compulsivo, acorde a
las características personales y del entorno.
En la ludopatía el adicto
pierde absolutamente el control de su vida, la relación con la familia, tiene
problemas laborales, se endeuda y puede llegar, incluso, a problemas delictivos
para conseguir dinero o pagar deudas contraídas. “Rompe la vida personal,
familiar, social o laboral”.
Debe valorarse la
participación cada vez mayor de las mujeres en los juegos y apuestas en
casinos, cuya presencia se calcula entre 60 y 65 por ciento, de 45 años en
adelante, lo cual puede vincularse a problemas de incomunicación, soledad,
tristeza y depresión, buscando en el juego esas satisfacciones que no tienen en
casa ni en la familia.
Tapia Medina destacó la
urgencia de atender a los menores de edad, porque debido al desarrollo
tecnológico usan cada vez más el celular y las tabletas, que aunque no apuestan
sí está el reto y audacia de ganarle a la máquina; se distraen más horas
encontrándose a un paso de convertirse en adictos y codependientes en cualquier
momento.
“Es esencial prevenir y
analizar los factores que intervienen entre los menores y las mujeres para
atacar esas causas que alientan una adicción”.
Nadia Robles Soto, directora
general de la Coordinación de Programas Nacionales contra las Adicciones, de la
Comisión Nacional contra las Adicciones (Conadic), propuso un enfoque de salud
pública para atender el juego patológico, debido a que practicarlo es inicio
para alentar el consumo de sustancias nocivas.
Además, elevar la inversión
en materia de salud para prevenir y atender a los ludópatas, así como promover
un juego responsable, ya que los jugadores no sólo están en los casinos, sino
en sitios virtuales y en la calle.
Refirió que la Encuesta
Nacional de Consumo de Drogas, Alcohol y Tabaco, ENCODAT 2016-2017, estableció
que cerca del 24 por ciento de los mexicanos ha apostado en un momento de su
vida; más del 35 por ciento de adolescentes lo ha hecho, siendo los más
vulnerables a padecer juego patológico, los que tienen entre 12 y 17 años.
El panorama en México apunta
que el 2 por ciento de la población es adicta al juego. La tendencia de juego
son las máquinas tragamonedas, la lotería inmediata, las cartas y el
“raspadito”. La simple expectativa de ganar refuerza la incidencia por repetir,
donde los niños y adolescentes son los más expuestos, pero hay mujeres que
también juegan para completar su gasto diario.
Iñigo Lanchares, catedrático
de Finanzas Internacionales de la Universidad Anáhuac, en su ponencia
“Implicaciones sociales y marco jurídico”, propuso crear una oficina de defensa
del jugador y un programa de autoexclusión, para que la persona decida
voluntariamente no participar en cualquier tipo de juego, y se le extienda un
certificado.
Precisó que la Ley Federal
de Juegos y Sorteos que data de 1947 es obsoleta, inapropiada jurídicamente,
fragmentaria y no se centra en la persona, además “no incorpora la tecnología
alentando espacios para la corrupción e impunidad”. El reglamento aprobado en
2004 no cumple con las necesidades actuales, aseguró.
Urgió a actualizar el marco
jurídico y “descongelar” los proyectos presentados, a fin de alentar un juego
responsable con el interés superior de la salud y máxima transparencia, que
garantice la integridad de jugadores, empleados y familias, ya que la conducta
perniciosa de un ludópata afecta a todo el entorno.
Carlos del Moral, presidente
del Centro de Atención de Ludopatía Calci A.C., afirmó que el juego patológico
es un trastorno mental que provoca un problema de salud pública y social. En
México se carece de prevención, ya que los anuncios publicitarios manipulan las
emociones de las personas para alentar el juego sin control.
Sostuvo que la ludopatía se
ha convertido en una epidemia, con mayor incidencia de las mujeres como
asistentes a los casinos y usuarias en línea. Exigió regular los casinos, ya
que han traído más problemas que beneficios a la población, y su diseño provoca
que la gente pierda la noción del tiempo y sus valores, impidiendo establecer
límites.
Comentarios
Publicar un comentario