Gerardo
Díaz Valles
Playas
de Rosarito.-
Aún cuando las lluvias cesaron hace dos días, operadores de media docena de
nuevos fraccionamientos de Tijuana, aprovechan la situación para vertir sus
aguas negras sin tratamiento a los cañones Rosarito y Huahuatay, para
desembocar al mar sin control alguno.
Un añejo problema que prometieron resolver
los gobernadores Guadalupe Osuna Millán en su tiempo, y el actual Francisco
Vega de Lamadrid, quien ha caído en el total descrédito ciudadano.
Así lo señala don Bernabé Hernández, al
lamentar que son ya diez años de ir y venir a dependencias de gobierno.
Lo que preocupa es el daño ambiental
irreversible que genera esta negligencia tanto a la flora, la fauna y los
mantos acuíferos, al igual que los campos de cultivo, la economía local y la
calidad de vida de los Rosaritenses.
Hernández Armas detalló que los responsables
de esos fraccionamientos prefieren pagar una "mordida" a las
autoridades en vez de apegarse a la norma y operar debidamente sus plantas tratadoras
de aguas.
Comentarios
Publicar un comentario