* Dolor intenso, eventualmente provocará incapacidad
* El consumo excesivo de
alcohol y carnes rojas, factores de riesgo
* En un inicio afecta a las
extremidades inferiores
Tijuana.- Entre la amplia gama de enfermedades que
provocan el sobre peso y la obesidad se encuentra la conocida como Gota,
cuatro veces más común en hombres, especialmente de mediana edad, aunque
también se manifiesta en mujeres después de la menopausia.
La doctora Yaneth Barragán Bravo, reumatóloga del
Hospital General Regional (HGR) número 20 del Instituto Mexicano del Seguro
Social (IMSS) explicó que este padecimiento es resultado de la acumulación de
cristales microscópicos de ácido úrico en las articulaciones que provocan
artritis, mismos que forman cúmulos abultados bajo la piel que se pueden
palpar.
También se depositan en los riñones, ocasionando
cólicos nefríticos u otras alteraciones en el funcionamiento de estos órganos.
De hecho, casi 20 por ciento de los pacientes afectados por la Gota desarrollan
cálculos renales.
Barragán Bravo advirtió que los principales factores
de riesgo, además del sobrepeso, son la hipertensión arterial, aumento de
ácido úrico en la sangre por la ingesta excesiva de proteínas, carnes rojas
(principalmente), abuso en el consumo del alcohol y en menor medida, cansancio
y estrés emocional.
La constante destrucción y formación de células así
como la ingesta de ciertos alimentos producen una determinada cantidad de ácido
úrico en sangre que el organismo elimina normalmente gracias a la función
excretora de los riñones. Cuando esto no sucede, los niveles aumentan
formando cristales que se depositan en las articulaciones que provocan
episodios de dolor agudo.
Advirtió que los síntomas se presentan de manera
repentina con hinchazón de las articulaciones y crisis de dolor intenso que van
en aumento. Afecta principalmente a la base del dedo pulgar de los pies.
Durante este proceso, que recibe el nombre de
Podagra, la piel circundante se enrojece, el paciente siente calor en la zona
afectada, además de un dolor agudo e intenso al tacto.
También pueden verse afectadas otras articulaciones
del pie, como las del empeine o los tobillos, y con menor frecuencia las
rodillas, las muñecas e incluso las orejas y otros tejidos periféricos más
fríos, puesto que las bajas temperaturas ayudan a la formación de los
cristales.
Otras manifestaciones que pueden ser
consideradas como signos son la fiebre, los escalofríos o la taquicardia.
Los primeros ataques suelen afectar a una única
articulación y no se prolongan demasiado, sin embargo; advirtió la doctora
Barragán Bravo, si el paciente no se somete a un tratamiento el trastorno puede
extenderse a varias articulaciones y propiciar la aparición de bultos y dolor
generalizado.
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