* Dos
miembros de cártel sentenciados a cadena perpetua por asesinato del agente
especial Jaime Zapata de ICE, e intento de asesinato del agente especial Víctor
Ávila
* Otros cinco acusados serán sentenciados mañana
Washington, D.C., 6 de noviembre de 2017.– Dos
ciudadanos mexicanos fueron sentenciados el día de hoy a dos instancias de cadena
perpetua por el asesinato de un oficial federal, el intento de asesinato de un
oficial federal, y ofensas relacionadas en el asesinato del agente especial
Jaime Zapata, y el intento de asesinato del agente especial Víctor Ávila, ambos
de la Oficina de Investigaciones Nacionales del Servicio
de Inmigración y Control de Aduanas (ICE-HSI), el 15 de febrero de 2011 en México.
Los acusados, José Emanuel García Sota, conocido como
Juan Manuel Maldonado Amezcua y apodado Zafado, 36, de San Luis Potosí, y Jesús
Iván Quezada Piña, conocido como Loco, de Matamoros, se encuentran entre los
siete nacionales mexicanos extraditados a los Estados Unidos bajo cargos
federales en este caso. Un jurado los declaró culpables el 27 de julio en
el Juzgado del Distrito de Columbia, y fueron sentenciados por el Honorable Juez
Royce C. Lamberth.
“Los agentes especial Jaime Zapata y Víctor Ávila de
la HSI estaban en México al servicio de su país cuando fueron emboscados por
estos despiadados criminales, los cuales ahora pasarán el resto de sus vidas en
prisión”, dijo el Subprocurador Interino Kenneth A. Blanco. “Este caso
sirve de recordatorio de que si se ataca a un agente de Estados Unidos, el
gobierno estadounidense perseguirá al agresor hasta el fin de la tierra para
asegurar que sea traído ante la justicia”.
“Le agradecemos
al Gobierno de México”, agregó el Director Interino de ICE Thomas D. Homan, “y
al Departmento de Justicia, al igual que todos nuestros socios que participaron
para enviar a estos asesinos a prisión. Los
hombres y mujeres de ICE no olvidarán el ejemplo de valor y sacrificio que nos
mostró el Agente Especial Zapata, según trabajamos para erradicar estas redes
criminales de todo el mundo”.
García Sota y Quezada Piña fueron encontrados
culpables de cuatro delitos federales: asesinato de un oficial o empleado de
los Estados Unidos; intento de asesinato de un oficial o empleado de los
Estados Unidos; intento de asesinato de una persona protegida
internacionalmente; además de utilizar, portar, blandir y disparar un arma de
fuego durante y en relación con un delito de violencia causando la muerte. Los
veredictos fueron emitidos tras un juicio que comenzó el 10 de julio en la
corte de distrito federal del Distrito de Columbia, durante el cual el gobierno
presentó testimonio de 22 testigos, incluyendo el agente especial Ávila.
Según la evidencia presentada en el juicio por el
gobierno, tanto García Sota como Quezada Piña eran miembros de escuadrones de
asesinos de Los Zetas, o “estacas,” y se encontraban cumpliendo una misión de
tiroteos ese día para robar vehículos para uso en operaciones del cartel. La
tarde del 15 de febrero de 2011, García Sota y Quezada Piña se encontraban
entre un grupo de miembros del cartel dirigidos contra un vehículo blindado
modelo Chevrolet Suburban, el cual llevaba matrículas diplomáticas y era
conducido por los agencies especiales en una autopista muy transitada en el sur
de San Luis Potosí. El agente especial Zapata y el agente especial Ávila se
encontraban en misión oficial, dirigidos hacia el sur de la Ciudad de México,
cuando ocurrió el ataque. Durante la emboscada, los miembros del cartel
dispararon hacia el vehículo de los agentes con pistolas y armas
semiautomáticas, incluyendo rifles de asalto AK-47 y AR-15. El agente especial
Zapata, de 32 años de edad, murió a tiros, mientras que el agente especial
Ávila, en ese entonces de 38 años de edad, fue herido. Los investigadores luego
encontraron aproximadamente 90 casquillos de bala en la escena, según la
evidencia presentada en el juicio.
Otros cinco acusados se habían declarado culpables
previamente de cargos federales en este caso, y serán sentenciados el día de
mañana. Rubén Darío Venegas Rivera, conocido como Catracho, de 29 años; José
Ismael Nava Villagrán, conocido como Cacho, de 35; Julián Zapata Espinoza,
conocido como Piolín, de 36, y Alfredo Gastón Mendoza Hernández, conocido como
Camarón, de 34 años de edad, se declararon culpables de cargos federales de
asesinato e intento de asesinato entre agosto de 2011 y octubre de 2016. El
quinto acusado, Francisco Carbajal Flores, conocido como Dálmata, de 42 años,
se declaró culpable en enero de 2012 de conspiración para gestionar los asuntos
de una empresa mediante un patrón de actividades de chantaje/crimen organizado
y de actuar como encubridor/cómplice después de la comisión del asesinato e
intento de asesinato de los agentes de ICE. Todos los cinco acusados son
ciudadanos mexicanos, exceptuando a Venegas Rivera que es hondureño.
El Gobierno de México brindó asistencia considerable
durante el transcurso de la investigación y etapas de enjuiciamiento del caso,
el cual fue investigado por el FBI, con
ayuda sustancial de ICE, la Oficina de Control de
Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos, la Administración para el Control
de Drogas, la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de E.U., el Servicio
de Seguridad Diplomática del Departamento de Estado de E.U. y el Servicio de
Alguaciles de E.U..
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