Gerardo
Diaz
“Rosarito Blues”,
Gerardo Díaz Valles
Séptimo Día, Tijuana, B.C., a 22 de julio de 2016.-
En lo que va del año se han duplicado el número de
ejecuciones o muertes violentas en esta frontera, según las cifras del año
anterior y Tijuana se perfila, según algunas encuestas como una de las 55
ciudades más violentas en el mundo. La cosa no pinta nada bien cuando la
violencia parece enseñorearse en nuestro estado, con ello, una mayor percepción
de inseguridad, el desánimo y el temor ciudadano hasta de salir en las noches
para evitar convertirse en estadística negra. La reciente ejecución de un
agente municipal junto con su joven esposa embarazada, cuando se encontraban
afuera de su domicilio es clara muestra de esta difícil situación que agobia a
la sociedad bajacaliforniana que espera mejores resultados en el combate a la
inseguridad. Problema que no es cosa menor cuando el gobierno federal destina
arriba de Mil 500 Millones de Pesos en equipo, adiestramiento y la cuestionada
profesionalización de los cuerpos policiacos en los estados de Sonora y Baja
California, respectivamente. Pese a todo algo anda mal, algo no funciona y es
claro que urge reforzar varios frentes cuando las estrategias utilizadas
evidentemente han fallado. La falta de una estrategia integral, una deficiente
coordinación y el mantenimiento de una pesada burocracia en donde varios
policías le siguen fallando a la institución y a la sociedad. El liderazgo de
los mandos policiacos nos parece fundamental para implementar y evaluar estas
acciones. Un primer paso para empezar a recomponer las cosas es reconocer que
se tiene un problema y a partir de allí definir metas claras para ir por los
resultados deseados. Que los gobiernos sigan empleado discursos triunfalistas y
engañosos, cuando todo mundo puede ver sus magros resultados, solo genera
molestias y un mayor desencanto entre la sociedad. Todos sabemos que el
subsuelo fronterizo se asemeja a un queso Gruyer lleno de agujeros y túneles,
que las calles y carreteras se asemejan a ríos caudalosos para el trasiego de
droga, armas y otras mercancías prohibidas. Que las praderas se encuentran
saturadas de aeropistas clandestinas y que la actividad no cesa en las costas
bajacalifornianas. De allí que las fuerzas armadas mexicanas, también deberán
replantear sus estrategias en base a los resultados y pobre desempeño, en el
territorio bajacaliforniano. Falta pues hablar claro, partir de bases reales,
reconocer el problema y reforzar las acciones de inteligencia y combate a la
delincuencia. Incluida la prevención social de la delincuencia, la violencia
doméstica, el combate integral a las adicciones y la desintegración social en
todas sus facetas. Alentar con mejores estrategias y resultados la siempre sana
participación ciudadana. No hay peor lucha, que aquella que no se hace.
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