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XXIII Ayuntamiento de Tijuana

Justicia, claman en sepelio de la estudiante asesinada

* Eneyda Rosario deja una huella en cada una de las personas que la conocieron, un inmenso dolor en familiares y amigos tras su anticipada partida

* ¡Que no quede impune!: estudiantes en la Procuraduría
LIBERTAD, TIJUANA, 04/05/2016 .- Con un dolor inmenso y lágrimas reflejados en sus rostros, Cecilia Noriega y Esmeralda Ramos, madre y hermana de Eneyda Rosario, llegaron a la capilla de Cristo Resucitado en la parroquia Nuestra Señora de Guadalupe Río para despedirse de la joven estudiante de Medicina que 72 horas antes había emprendido un nuevo viaje.

Custodiada por su padre, Benito Ramos, Eneyda dio un paseo más, para dejar un recuerdo latente en las más de 300 personas que acudieron a las honras fúnebres dedicadas a su eterno descanso.

Fue recibida en la entrada de la capilla por dos columnas de estudiantes de Medicina, enfundados en su habitual vestimenta blanca, quienes hicieron guardia ante la llegada del ataúd en el que ya reposaba Eneyda, presentándole su cariño a quien hace apenas unos días convivía y estudiaba con ellos.

"La muerte es un paso más, y Dios recibirá a nuestra hermana Eneyda", explicaba el diácono durante la ceremonia, pero para quienes amaban y convivían con Eneyda el paso del tiempo es la única opción para afrontar la pérdida, porque lamentablemente ni la justicia les regresará a su hija, amiga, hermana, compañera.

Entre lágrimas, el padre de Eneyda agradeció la asistencia y apoyo de cada uno de los presentes en la capilla, con quienes compartió el dolor de la pérdida de una de sus hijas.

Una niña de alma blanca, de noble corazón, fue arrebatada a la familia Ramos Noriega, a quien su padre, en su dolor manifestó se la mataron "por ser tan buena, por querer ayudar me la mataron".

"Ella no merecía haber fallecido como me la mataron", aseguró Esmeralda, clamando justicia para su hermana, quien además dolida dijo: "sufrió para morir".

Eneyda Rosario era buena, responsable, estudiosa, trabajadora, le echaba muchas ganas en todo, y ese es el recuerdo al que su familia y amigos se aferraban durante la misa, durante el recorrido al sepelio, durante la manifestación realizada más tarde para exigir justicia.

"Ella quería salir adelante, ayudar a más personas, por eso eligió la carrera de Medicina", comentó Esmeralda entre llanto sobre su hermana Eneyda, quien era un ejemplo de perseverancia y entusiasmo.

A Eneyda no solo le arrebataron su vida, sino las esperanzas, las ganas y el deseo de servir a otros, de salvar vidas siendo médico, de ayudar al
desprotegido.

Eneyda Rosario Ramos Noriega, a sus 22 años de edad, viajó pasadas las 13:00 horas del día, acompañada por su familia, al que será su lugar de descanso en el panteón Monte de los Olivos.


Eneyda deja una huella en cada una de las personas que la conocieron, un inmenso dolor en familiares y amigos tras su anticipada partida, pero también una voluntad inquebrantable en quienes quieren que se haga justicia.

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