Libertad, Ciudad de
México, Noviembre del 2015.- Los alimentos procesados industrialmente, las
bebidas azucaradas y la comida rápida están desplazando a las dietas
tradicionales más nutritivas en América Latina, lo que genera efectos
alarmantes en la salud creando una epidemia de obesidad y sobrepeso, señala un
informe elaborado en conjunto por la Organización Panamericana de la Salud
(OPS) y la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Las ventas de
este tipo de alimentos, han aumentado de manera constante y están ayudando al
incremento de las tasas de obesidad en toda la región. De 2000 a 2013, las
ventas per cápita de estos productos aumentaron un 26.7 por ciento en los 13
países latinoamericanos estudiados (Argentina, Bolivia, Brasil, Chile,
Colombia, Costa Rica, Ecuador, Guatemala, México, Perú, República Dominicana,
Uruguay y Venezuela). En contraste, las ventas de los mismos productos
disminuyeron un 9.8 por ciento en América del Norte.
En México anualmente
cada habitante consume en promedio 160 litros de refresco, lo que lo
ubica en el primer lugar mundial en el consumo de este producto, así como de obesidad
infantil y en adultos.
Canadá y Estados Unidos
se sitúan en el primer y segundo lugar en ventas per cápita anuales de
alimentos y bebidas ultraprocesadas entre los 80 países en todo el mundo para
los que se dispone de datos. México ocupa el cuarto lugar, y Chile, séptimo.
El informe
"Alimentos y bebidas ultraprocesados en América Latina: tendencias, efecto
sobre la obesidad e implicaciones para las políticas públicas", indica que
el incremento del consumo se correlaciona fuertemente con el aumento del peso
corporal promedio, lo que indica que estos productos son un importante motor en
el crecimiento de las tasas de sobrepeso y obesidad en la región.
"Los alimentos
ultraprocesados y la comida rápida representan una parte cada vez mayor de lo
que las personas comen y beben en América Latina, con resultados muy
negativos".
"Estos productos no están diseñados para satisfacer las necesidades nutricionales de las personas. Están diseñados para que se conserven por mucho tiempo en los estantes y generan deseos incontrolados de consumo que llegan a dominar los mecanismos innatos de control del apetito y hasta el deseo racional de dejar de comer. Por eso resultan doblemente perjudiciales: son casi adictivos y eso lleva aumentar el sobrepeso y la obesidad, al tiempo que sustituyen los alimentos frescos, que son la base de una dieta natural rica en nutrientes".
"Estos productos no están diseñados para satisfacer las necesidades nutricionales de las personas. Están diseñados para que se conserven por mucho tiempo en los estantes y generan deseos incontrolados de consumo que llegan a dominar los mecanismos innatos de control del apetito y hasta el deseo racional de dejar de comer. Por eso resultan doblemente perjudiciales: son casi adictivos y eso lleva aumentar el sobrepeso y la obesidad, al tiempo que sustituyen los alimentos frescos, que son la base de una dieta natural rica en nutrientes".
El informe examina
las ventas de productos, incluyendo las bebidas carbonatadas no alcohólicas,
refrigerios dulces y salados, cereales de desayuno y barras, golosinas,
helados, bebidas deportivas y energéticas, jugos de frutas y vegetales, té y
café embotellados, pastas para untar, salsas y comidas preparadas.
En los países en que las ventas de estos productos fueron mayores, incluyendo en México y Chile, la población tuvo una media de masa corporal mayor. Donde las ventas de estos productos fueron menores y las dietas tradicionales prevalecieron, como en Bolivia y Perú, la media de la masa corporal fue menor. Sin embargo, tanto la masa corporal como las ventas de alimentos ultra-procesados, fueron aumentando rápidamente en los 13 países estudiados.
En los países en que las ventas de estos productos fueron mayores, incluyendo en México y Chile, la población tuvo una media de masa corporal mayor. Donde las ventas de estos productos fueron menores y las dietas tradicionales prevalecieron, como en Bolivia y Perú, la media de la masa corporal fue menor. Sin embargo, tanto la masa corporal como las ventas de alimentos ultra-procesados, fueron aumentando rápidamente en los 13 países estudiados.
* Efectos de la
globalización
Según el informe,
estas tendencias se deben a cambios en el sistema internacional de alimentos
traídos por la globalización y la desregulación del mercado, que han aumentado
la penetración de las corporaciones alimentarias extranjeras y multinacionales
en los mercados nacionales.
El reporte presenta
además los datos de 74 países en el mundo, que muestran una fuerte correlación
entre las ventas de productos de alimentación ultraprocesados y la
desregulación del mercado, como lo indica el Índice de Libertad Económica.
"América Latina
y otras regiones en desarrollo se han convertido en atractivos mercados para
los fabricantes de alimentos industriales, especialmente cuando los mercados de
altos ingresos se saturan o incluso empiezan a reducir el consumo de estos
productos", dijo Jean-Claude Moubarac, un experto en nutrición de la
Universidad de Sao Paulo, quien realizó el estudio encargado por la OPS/OMS.
"Estos mercados están expandiendo debido al crecimiento demográfico, la urbanización y el aumento de los ingresos. Pero el comercio de los países, las políticas fiscales y de regulación son igualmente importantes. Ellos determinan la fijación de precios, la disponibilidad y asequibilidad de los alimentos. Junto con la comercialización y los cambiantes estilos de vida, estos son los principales factores determinantes de lo que la gente elige para comer".
"Estos mercados están expandiendo debido al crecimiento demográfico, la urbanización y el aumento de los ingresos. Pero el comercio de los países, las políticas fiscales y de regulación son igualmente importantes. Ellos determinan la fijación de precios, la disponibilidad y asequibilidad de los alimentos. Junto con la comercialización y los cambiantes estilos de vida, estos son los principales factores determinantes de lo que la gente elige para comer".
* A tiempo para
detenerlo
Para frenar el
aumento del consumo de alimentos ultraprocesados y las crecientes tasas de
obesidad y sobrepeso en América Latina, el informe recomienda que los
gobiernos, la comunidad científica y las organizaciones de la sociedad civil
apoyen e implementen políticas para proteger y promover la elección de
alimentos saludables.
Estas políticas pasan
por campañas de información y educación, pero también por la aprobación de
normativa sobre precios, incentivos, agricultura y comercio para proteger y
promover la agricultura familiar, los cultivos tradicionales, la inclusión de
los alimentos frescos de origen local en los programas de almuerzo escolar, y
la promoción de las habilidades domésticas de preparación de alimentos y
cocinar.
Estas medidas están en consonancia con el Plan de Acción para la Prevención de la obesidad en niños y adolescentes de la OPS/OMS que se aprobó en 2014 y también llama a establecer límites estrictos a la comercialización de productos alimenticios poco saludables para los niños.
"No es demasiado
tarde para cambiar estas tendencias". "Las culturas alimenticias
basadas en las comidas en familia y en alimentos no procesados o mínimamente
procesados viven y gozan de buena salud en América Latina, aunque enfrentan una
seria amenaza debido a la comercialización muy agresiva y a los cambios en el
estilo de vida".
Comentarios
Publicar un comentario