Libertad, Ciudad de México, 21 de Agosto.- La noticia del accidente
cerebro vascular que Gustavo
La investigación resultó en Cerati: La
biografía, libro que a México llegará a mediados de septiembre bajo el sello
Penguin Random House, en donde se hace una reconstrucción del músico, desde su
infancia, su auge con Soda Stereo, su ingreso al hospital y su
fallecimiento.
El autor compartió con Excélsior la
experiencia que fue para él sumergirse en la vida y mundo de Cerati.
“La idea fue hacer una reconstrucción de su
vida en todas las dimensiones posibles. Intenté desplegar todas las facetas
detrás de la estrella del rock: el padre de familia, el hijo, el hermano, el
amigo, el hombre guiado por sus deseos y obsesiones, sus miedos, lo que lo
movía, sus amores”, explicó Morrisen entrevista telefónica desde Buenos
Aires.
Con una investigación que incluye entrevistas
con Lilian Clarke, madre de Gustavo Cerati, así como con su ex novia Anastasia
Chomyszyn y su amigo y sonidista por muchos años, Adrián Taverna,
entre otros, Morris desarrolló una historia sin complacencias en la
que redescubrió a un Cerati perfeccionista, dedicado, comprometido
con su trabajo.
“Empecé a ver a varios amigos suyos, saber de
él en el momento artístico en el que se encontraba. Y por otro lado, mostrar a
la estrella de rock de Latinoamérica, el líder de la primera banda del rock
latino, la que influyó a toda una generación de músicos y de bandas como Shakira, Juanes, Julieta
Venegas y Café Tacuba, entre otros”, platica entusiasmado.
“Hablé también con Anastasia, fue la novia de Gustavo en
los comienzos de Soda Stereo; era una chica de 15 años que tenía el look con el
que la banda impactó en la región. Acababa de volver a Buenos Aires después de
vivir en Bélgica, era una adolescente medio punk. Un día tocando, Gustavo la
vio entre el público, cuando terminó el show la bajó a buscar porque él quería
que Soda Stereo tuviera ese look, con el cabello parado y los ojos pintados,
para él era un ejemplar original de una cultura que en Argentina se veía sólo
en fotos o en portadas de discos."
Sin duda, para el también secretario de
redacción de la revista Rolling Stone Argentina, la madre de Gustavo fue
pieza clave para este trabajo ya que fue ella la que le permitió acceso a una
parte íntima y desconocida de la vida del creador de temas como Canción
animal, Un millón de años luz y Suavemente.
“En su cuarto de la infancia y adolescencia
todavía están pegado los stickers de la facultad donde estudio publicidad, los
mismos muebles, la cama de una plaza, las fotos de la primera presentación de Soda
Stereo en un teatro. Gustavo soñó todas sus fantasías de estrella de
rock, que después concretó, en ese lugar, donde volvió a vivir unos meses justo
antes de componer Canción animal, a donde volvía todos los domingos a comer con
su familia.
“Lilian reveló que cuando tenía tres o
cuatro años, a Gustavo le gustaba cantar en los cumpleaños”, agregó.
Se revelan las horas
previas a su ingreso al hospital
La historia sobre el accidente cerebro
vascular que Gustavo Cerati sufrió en mayo de 2010 sacudió al
mundo de la música en español y conmocionó a la prensa internacional.
Juan Morris, como parte del staff
de Rolling Stone Argentina, decidió investigar
qué había pasado desde que Cerati bajó del escenario del último concierto de su
gira Fuerza Natural hasta que fue trasladado a urgencias
del Centro Médico Docente La Trinidad, en Caracas.
Tras una serie de entrevistas llenas de
detalles que reconstruyen los hechos, Morris plasmó en un capítulo de esta
biografía las horas previas a partir de que el músico fue trasladado e ingresado
al hospital.
“Al
día siguiente, Gustavo se
despertó en la clínica consciente pero confundido. El sueño no había tenido su
efecto reparador y después de unas horas de inconsciencia se sintió, por
primera vez, en un cuerpo que no le respondía del todo. No podía hablar y su
costado derecho estaba entumecido, como si sus funciones cerebrales estuvieran
replegándose de una parte de su cuerpo”, se lee en el adelanto
editorial publicado por los medios argentinos como el diario El
Clarín.
Fue este episodio el que llevó al joven
periodista a tomar la decisión de escribir una biografía sobre la figura más
importante de la historia de la música Latinoamericana.
“Escribir sobre Gustavo tiene como origen una
nota en la revista Rolling Stone Argentina, en 2010, que reveló lo que había
ocurrido en Venezuela. Al comenzar a trabajar esa nota con las personas que
habían estado con él esa noche, descubrí un momento que había sido brutal”, comentó.
Admirador del espacio
Resultados de las charlas de Juan
Morris con Lilian
Clark fue
descubrir un capítulo de la infancia de Gustavo
Cerati en la que, junto con dos amigos del
quinto año del colegio, se volvió fanático del fenómeno OVNI a finales de la
década de los 60.
En el capítulo 2 de Cerati:
La biografía, Juan Morris relata cuando el pequeño Gustavo fue inscrito en el colegio
parroquial San Roque, de Villa Ortúzar, en donde compartió banca con
Tano, sordo del oído derecho por lo que sus compañeros le
ayudaban a escuchar la clase colocando su banca adelante.
Atrás se sentaba Sebastián
Simonetti, un niño fascinado con los ovnis, la electrónica y
los experimentos de la NASA, a quien llamaban Marciano, y quien junto a Cerati,
a quien apodarían Melena por sus rulos, y Tano se volvieron amigos inseparables
que adquirieron el gusto por las teorías paranormales y extraterrestres.
“... casi siempre terminaban en la
casa del Tano leyendo libros sobre extraterrestres, misiones lunares y el
Triángulo de las Bermudas. Ese agujero negro marino ejercía una fascinación tan
poderosa en Gustavo que era como si parte
del magnetismo que se tragaba aviones y buques lo alcanzara un poco a él. Leía
todas las revistas y artículos de las enciclopedias que encontraba sobre el
tema y se sabía de memoria cada una de las teorías paranormales que despertaba:
monstruos submarinos, ciudades hundidas, ovnis que aterrizaban sobre el agua”, se lee en el
extracto del libro proporcionado por su autor.
El texto también relata, bajo el contexto
histórico que lo rodea, el impacto y ‘la conexión con el universo’ que Gustavo tenía en aquel verano de 1969 cuando
frente a la TV, acompañado por sus papás y hermanas vieron el 16 de julio el
despegue del Apolo 11 que cuatro días después llevaría a Neil
Amstrong a pisar
la luna.
“Formaron
un club que bautizaron Centro de Estudios Fenómenos Ovnis y
empezaron a organizar reuniones que atrajeron a otros chicos del barrio para
leer sobre misiones espaciales”, relata el texto publicado por la
editorial Sudamericana, bajo el sello de Penguin Random House.
Juan Morris
Es secretario de redacción de la revista Rolling
Stone Argentina
La reacción negativa de Benito Cerati ante la
publicación del libro, a Morris le parece normal. Decidió no buscarlo a él ni a
su hermana Lisa.
“Luego de su padecimiento era un momento muy difícil
y pensar en buscarlos me parecía antipático. Les hice saber que estaba haciendo
este trabajo pero no los iba a molestar.”
Durante el proceso de este trabajo, Morris
vivió sumergido en la obra de Cerati de forma casi obsesiva.
El próximo 4 de septiembre se conmemora el
primer aniversario luctuoso del cantante argentino.
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