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XXIII Ayuntamiento de Tijuana

Los niños y la sexualidad



Por el Homo Sexus

Libertad, febrero 2015, Tijuana, B. C..-No obstante que todo concepto que asimilan o procesan en sus mentes los bebés no todos son ideas acabadas, recordemos que es su materia prima de lo que obtendrán de complementos en la instrucción que directamente ya les demos, lo cual implica responsabilidades directas e indirectas de los padres o tutores.
Es mejor comenzar a hablar con nuestros hijos sobre la sexualidad en los primeros años de su niñez, aunque nunca es demasiado tarde para empezar.
Puede resultar incómodo al principio, pero con el tiempo y la práctica resulta más fácil. Existen muchas y diferentes formas de iniciar esas conversaciones.
Podemos ayudar a nuestros hijos a tratar temas relacionados con la sexualidad, desde que son pequeños y durante toda su vida. La sexualidad incluye una amplia gama de temas, como el cuerpo masculino y el cuerpo femenino y cómo funcionan, el desarrollo humano, la reproducción, tipos de relaciones, en qué consiste una relación sana y una enfermiza, la conducta sexual, cómo evitar el embarazo y cómo prevenir las enfermedades de transmisión sexual.
Los padres realmente marcan una diferencia, por lo tanto, comencemos a hablar.
¿Cuándo?
La vida cotidiana nos brinda muchas oportunidades para hablar de la sexualidad. Al ver un programa de TV que muestra a un adolescente atravesando la pubertad o saliendo a una cita, una publicidad que alienta la aceptación del cuerpo o al encontrarnos con una vecina embarazada, podemos usar estas situaciones para iniciar conversaciones con nuestros hijos. Estos momentos educativos ocurren todos los días y pueden ayudar a que la conversación sea más fácil y natural.
Algunos planeamos “la conversación” por meses y esperamos decir todo lo importante de una sola vez. Entonces, cuando “la conversación” no resulta como la planificamos, nos frustramos. No obstante, hablar con los hijos sobre sexualidad es una conversación que dura toda la vida. Hablar de a poco ayuda a establecer objetivos realistas cuando hablamos con nuestros hijos. Además, ayuda a que los niños no se sientan abrumados.
Es mejor comenzar a hablar con nuestros hijos sobre la sexualidad a edad temprana. Desde muy pequeños, niños y niñas sienten curiosidad acerca de su cuerpo y por los diferentes tipos de relaciones. Esta curiosidad genera una oportunidad natural para iniciar la conversación y comenzar a construir una relación de respeto y confianza. Con los niños pequeños, puedes comenzar por enseñarles los nombres de las partes del cuerpo y preguntarles si saben por qué los niños y las niñas son diferentes.
¿Cómo?
Cuando les hablamos a nuestros hijos sobre sexo, es importante adaptar la conversación a su edad. Si un pequeño de cinco años pregunta: “¿qué significa dar a luz?” podemos responder: “es cuando un bebé sale de la barriga de la mamá”. Si uno de diez años pregunta lo mismo, nuestra respuesta debe ser más detallada y podría comenzar así: “Después de que un bebé crece durante nueve meses en el útero de la mamá, sale por su vagina…”.
Brindar información adecuada a la edad les facilita a los niños entender que el sexo es una parte natural del ser humano y del desarrollo emocional. También hace que sea más sencillo hablar con ellos acerca de aspectos más complejos de la intimidad sexual a medida que crecen.
No te preocupes si aún no comenzaste a hablar con tus hijos sobre sexualidad. Nunca es demasiado tarde. Simplemente no intentes “ponerte al día” de una sola vez. Lo más importante es ser abierto y accesible en cualquier momento en que tu hijo desee hablar contigo.
Es importante que les brindemos a nuestros hijos información cierta, útil y precisa que transmita nuestros propios valores acerca del sexo y la sexualidad.
Ayuda pensar con antelación qué mensajes queremos expresar. Por ejemplo, un tema común que surge con nuestros hijos es la diferencia entre niños y niñas o entre hombres y mujeres. Algunos padres querrán dar el mensaje de que los niños y las niñas son iguales, excepto por algunas partes del cuerpo, y que pueden hacer las mismas cosas. Otros padres querrán expresar la creencia de que los niños y las niñas son diferentes de muchas maneras.
Estar dispuesto a hablar sobre sexualidad puede constituir todo un desafío. Es normal que padres e hijos se sientan avergonzados o incómodos al hablar con el otro acerca de sexo. Admitirlo puede ayudar a aliviar la tensión. Podemos intentar decir, “es completamente normal que esto sea raro, pero te amo y me preocupo por ti; por lo tanto, debemos hablar sobre cosas importantes como estas”. Con el tiempo y la práctica, será más fácil. La clave es que la conversación siempre sea abierta y continua.
Escuchar a nuestros hijos les demuestra que nos interesa y respetamos lo que tienen para decir. No es necesario que estemos siempre de acuerdo con lo que escuchamos, pero es importante prestar atención a lo que nos dicen.
Puede resultarnos tentador interrumpirlos y darles nuestro punto de vista, pero si dedicamos un poco de tiempo simplemente a escucharlos y hacerles preguntas, los ayudaremos a que nuestros hijos aprendan a explicar sus ideas con claridad.
Logramos conocernos aún más y generarles confianza mostrándoles que verdaderamente nos importan sus pensamientos y sentimientos. Podemos demostrarles que entendemos su punto de vista, diciendo cosas como: “Creo que sé de dónde viene esto...” o “Entiendo lo que sientes y muchas veces también me sentí así cuando tenía tu edad”.
Nuestros hijos tienen varios motivos para preguntarnos sobre el sexo y la sexualidad. Es probable que sientan curiosidad. Tal vez necesiten ayuda para tomar una decisión o interpretar el mundo que los rodea. O quizás necesiten los tranquilicemos asegurándoles que son “normales”. Además, posiblemente oculten lo que realmente desean preguntar con otras preguntas. Por lo tanto, sin importar qué tan sorprendentes puedan ser sus preguntas, los niños siempre necesitan respuestas francas y concretas.
Estas son algunas sugerencias:
Intenta averiguar lo que el niño está preguntando en realidad. Lo que parece una pregunta directa puede
no serlo. Para averiguar la verdadera naturaleza de la consulta, puedes preguntarle: “¿qué escuchaste sobre ese tema?”, “¿qué piensas sobre eso?” o “¿me dirías lo que ya sabes sobre este tema?”.
No respondas con demasiada información. Podemos dar respuestas breves y simples y explicar palabras nuevas que nuestros hijos posiblemente no hayan escuchado antes. Después de responder, podemos estimular a nuestros hijos para que hagan más preguntas, diciéndoles: “¿hay algo más que desees saber?”
Comprueba que el niño haya comprendido. Después de responder una pregunta, pregúntale, “¿respondí tu pregunta?” 
Algunos padres temen que no sabrán las respuestas de las preguntas de sus hijos. Es perfectamente normal no saber algo o no tener una respuesta inmediata. Una de las mejores formas de enseñarles a nuestros hijos sobre sexualidad es buscar las respuestas juntos y luego analizar lo que aprendimos.
Buscar información juntos en libros, en Internet o preguntándoles a otras personas puede ayudar a construir una relación de respeto y confianza, como también un modelo de la forma en que nuestros hijos pueden buscar respuestas por sí mismos.
Los niños en edad preescolar
Los niños de edad preescolar hacen preguntan muy básicas. A continuación, presentamos algunos ejemplos de cómo podemos responderlas.
P. ¿Cómo entran los bebés en tu barriga?
R. Cuando una mujer tiene un bebé en la barriga, se le llama embarazo. Las mujeres tienen pequeños huevitos en una parte especial de su barriga. Los hombres tienen semillas muy pequeñas. Cuando el hombre pone el pene en la vagina de la mujer puede ocurrir un embarazo si una de las semillas sale del pene y se une con uno de los huevos del cuerpo de la mujer. ¿Tienes alguna otra pregunta sobre esto?
P. ¿Qué es eso? (y señala los senos u otras partes del cuerpo de una mujer).
R. Esos son los senos. Las mujeres tienen senos. Los hombres no. ¿Deseas saber algo más sobre eso?
P. ¿Por qué yo tengo pene y tú no?
R. Los niños tienen pene y las niñas tienen vulva; así fuimos formados. Yo soy una mujer, una niña que ya es adulta, y tengo vulva en lugar de pene. Y tú eres un niño y tienes pene en lugar de vulva.
En la edad primaria
A continuación, presentamos algunos ejemplos de preguntas que generalmente realizan los niños de nivel primario y algunas posibles respuestas:
P. ¿Está bien tocarse a sí mismo?
R. Sí, está bien. Es placentero tocarse a sí mismo, pero debemos hacerlo únicamente en privado. Y que nadie te toque indebidamente tus partes.
Algunos para entonces han oído acerca del SIDA y preguntan:
P. ¿Cómo se contagia el SIDA?
R. El SIDA proviene de un pequeñísimo germen llamado VIH. El germen se esconde en la sangre de las personas. También puede ocultarse en los fluidos que salen del pene del hombre y de la vagina de la mujer. Y puede ocultarse en la leche materna de una mujer. Por este motivo, las personas pueden infectarse con el VIH de distintas maneras. Pueden contagiarse por tener relaciones sexuales con una persona infectada o por compartir agujas para drogarse. Los bebés pueden infectarse a través de la leche materna. Lo bueno es que la mayoría de las personas puede evitar contagiarse de SIDA usando preservativos cuando tienen relaciones sexuales. El SIDA no se contagia solo por estar cerca de alguien que lo tiene. ¿Deseas saber algo más acerca del SIDA?
P. ¿Los niños tienen el período menstrual?
R. No. Solo las mujeres tienen el período menstrual. ¿Qué sabes acerca del período menstrual?
P. ¿Qué significa "homosexual"?
R. Algunas personas se sienten atraídas por personas del mismo sexo. Estas personas son homosexuales. Las personas que se sienten atraídas por personas del sexo opuesto son heterosexuales. Las personas que se sienten atraídas por personas de ambos sexos son bisexuales. ¿Tienes otras preguntas sobre esto?

Uf. Sobre todo lo aquí expuesto, sin duda hay mucho por decir y explicar.

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