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La rivalidad entre Aquiles y Héctor


Aquiles fue un héroe legendario griego, considerado invencible por que la diosa Tetis lo había cubierto de su poder en todo su cuerpo, excepto en el talón de su pie izquierdo. Y debido a su fama de inmortal, Héctor lo retaba a muerte, pero Aquiles solo mataba por justicia, o por encargo de su rey.
Considerado eso, Héctor lo provocó en una batalla y Aquiles venció a los soldados de Héctor, rescatando a una esclava que Héctor quería mancillar, lo cual enfureció más a ese jefe militar de Troya.
Por encargo del rey el hermano de Aquiles fue a retar a los troyanos, contra los cuales tenían combatiendo 10 años; y Héctor vio su oportunidad de provocar a Aquiles matando a su hermano, de tal manera que, cuando Aquiles se enteró que habían asesinado a su hermano, no dudo en ir a la guerra de Troya para matar a Héctor, pues ya le sobraban motivos: odiaba a Héctor por sus sanguinarios actos, destrucción e invasión de pueblos, lo odiaba por haber matado a su hermano Patroclo, ( que en realidad era su amigo pero lo quería como un hermano ), y Troya entera merecía caer, después de 10 años de guerra contra los Aqueos.
Aquiles mató a muchos troyanos, y participó en la emboscada que armaron los Aqueos con el famoso caballo de Troya, pero murió cuando le incrustaron una flecha envenenada en su única parte débil: su talón izquierdo.
Aquiles corrió detrás de Héctor el día que le dio muerte, afuera de las murallas de Troya. Le dieron tres vueltas a la ciudad, hasta que Héctor se detuvo justo a la puerta de entrada de la muralla, dispuesto a combatir contra Aquiles, pese a que su padre, Priamo, rey de Troya, le rogó hasta el cansancio que mejor entrara a la ciudad fortificada, pues él era mortal. Y Aquiles, considerado como un dios.
Hasta la madre de Héctor le gritaba que no peleara contra Aquiles, mostrando Hécuba sus pechos para recordarle cuando lo alimentaba y cuidaba siendo bebé, y que si moría, ella moriría también.
Héctor se envalentonaba por que creía que viviría en la vergüenza de haber perdido sus tropas en batalla contra Aquiles, y si se ocultaba tras la muralla, creía Héctor que le llamarían cobarde; por eso prefería volver triunfante, después de matar a Aquiles, o “morir gloriosamente”.
Por unos instantes incluso pensó en dejar que los Atridas se llevaran a Helena, que era la causa de aquella guerra, pues la reclamaba el rey Agamenón, de Aquea.
Aquiles no solamente había matado a muchos troyanos en batalla, también mató al dios fluvial Escamandro, que se había enojado por tanto cadáver en sus aguas.
Aquiles mató a Héctor clavándole la lanza en el cuello y, par culminar su venganza, ató el cuerpo a su carro y lo arrastró por el campo de batalla durante nueve días.

Con la ayuda del dios Hermes, Príamo, el padre de Héctor, convenció a Aquiles que le entregara el cuerpo de su hijo y Aquiles se lo concedió.

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