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XXIII Ayuntamiento de Tijuana

Crimen sin castigo

Por José Angel Inzunza

Hace seis años el doctor Benito Rodríguez López ocasionó la muerte de una paciente durante una lipectomía o cirugía estética, porque con un instrumento punzo cortante abrió accidentalmente la vena aorta iliaca, que es la más gruesa del sistema sanguíneo, pues es la que bombea la sangre al corazón, y pese a ver los caudales de sangre que manaban del cuerpo de la señora Griselda Carrillo Ceseña, se limitó a transfundirle sangre, y seguir operando, pese a que sabía que primero debía solicitar el auxilio o apoyo de otros médicos, en otra clínica, con equipo especializado para salvar primero la vida de la paciente, y solo hasta que estuviera fuera de peligro, realizar la operación que le habían solicitado.
La operación que se estimaba duraría tres horas, duró seis, debido a esa emergencia, la cual ocultó como lo hace un mal plomero que pone un chicle en una fuga de agua, en vez de aplicar soldadura; por eso, cuando el esposo de la señora Griselda Carrillo replicó al doctor Benito Rodríguez que su esposa estaba muy mal, prácticamente muriéndose, el galeno objetó asegurando que todo estaba bien, que no se preocupara, que era natural su malestar y que pronto se le pasaría; mas, por insistencia del señor Jesús Aceves Veliz, esposo de la moribunda, se trasladó de urgencia a su esposa hacia el Hospital del Carmen, donde tiempo después murió. De hecho, un especialista del nosocomio citado le dijo desde el mismo momento en que la recibieron que, la señora Griselda iba “clínicamente muerta”. “No sé cómo los doctores no se dieron cuenta, porque hasta un paletero se hubiera dado cuenta”, comentó el médico especialista del Hospital del Carmen.
Por todo lo anterior, naturalmente el señor Jesús Aceves Veliz presentó demanda penal contra el doctor Benito Rodríguez López, y peleó durante seis años contra influencias y deficiencias de los procedimientos indagatorios, hasta que el pasado 15 de julio del 2011, el juez primero de lo penal, Francisco Alberto Molina Hernández, dictó una sentencia irrisoria:
“Benito Rodríguez López es penalmente responsable del delito de homicidio por culpa agravado por responsabilidad técnica y médica; por ello se le condena a sufrir una pena de dos años de prisión y 20 días de multa, equivalente a 936 pesos moneda nacional y suspensión por un periodo de diez meses en su derecho en el ejercicio de su profesión.
“En los términos de los artículos 85, 86 y 92 del Código Penal, se le concede al sentenciado la sustitución de la prisión por el pago de una multa de 3 mil pesos, o si lo prefiere, la suspensión condicional de la ejecución de la pena por la garantía de 6 mil pesos moneda nacional”.
Los familiares de Griselda, específicamente el señor Jesús Aceves, considera que no es justa la sentencia dictada, por lo que apeló la resolución y actualmente pugna por una segunda instancia, e incluso, comenta, seguiría hasta una tercera instancia, si fuera necesario, porque el doctor Benito Rodríguez López, que merece el mote de “médico asesino” (sin nada que ver con el peleador de lucha libre), “no debe estar libre, y se le debe castigar con penas mayores de prisión; sin derecho a fianza alguna”.
Curiosamente, el propio doctor Benito Rodríguez apeló en contra de la sentencia que le dictaron, porque se considera inocente de un crimen que está bastante probado se causó por una actitud dolosa de no interrumpir su operación para que trasladaran a su paciente a un hospital con los instrumentos y equipos adecuados que le salvaran la vida.
“Si mi esposa hubiese muerto pese a la intervención oportuna de los especialistas, no le habría culpado de nada al doctor Benito Rodríguez; pero es el caso de que no actuó de manera preventiva, sino que dolosamente siguió operando; también por eso considero que el fallo del juez fue equivocado, porque no se trata de un crimen no intencional, sino que premeditadamente el médico cirujano pretendió ocultar su negligencia y no pidió oportunamente el traslado a una atención médica más especializada”, expresó Jesús Aceves, el viudo demandante.
Ahora bien, tal vez el doctor Benito Rodríguez piense que, si bien pudiera evitar la prisión con el pago de una multa de 3 mil 936 pesos, teme a las consecuencias de que le suspendan por diez meses su derecho a ejercer la medicina; sin embargo, ¿tan poquito valoran la vida humana? Cierto es que además de la posibilidad de salir bajo fianza, el juzgador le obliga al médico pagar una “indemnización” o pago de reparación del daño por varios miles de dólares, cantidad que aparte de estar en la libertad de aportarla en abonos, el afectado, don Jesús Aceves se niega a recibirla, porque dice: “ni con todo el oro del mundo me devuelve la vida de mi esposa”.
Al menos en lo que toca a Baja California, el homicidio culposo, o no intencional, se castiga con penas de prisión de dos a ocho años, y en el caso del doctor Benito Rodríguez, el juez escogió la pena mínima, lo cual quiere decir que, si por un lado la Ley es muy benevolente en los casos de muertes por negligencia médica, también falta criterio de los jueces y se observa el ejercicio de esa profesión como si se tratara de laboratorios con “conejillos de indias”, permitiendo indirectamente que los profesionales de la medicina “experimenten” con vidas humanas, como adoptando una actitud de que “al fin y al cabo no son castigados severamente”, e incluso, que en algunos casos hasta quedan impunes, sin castigo.
Precisamente eso es lo que está promoviéndose con las últimas reformas que le hicieron los diputados locales al Código Penal del Estado, en las que ofrecen aún más facilidades a los médicos, para ser asesinos con licencia, en vez de obligarlos a ser más profesionales.
De acuerdo a los acontecimientos acaecidos, todo lo cual obra en el expediente de la Averiguación Previa (en el 2005) y el Juicio Penal con Sentencia (Causa penal 860/2008), el mencionado galeno actuó con dolo, no de manera imprudencial o por negligencia, pues siguió operando pese a ver la abundancia de sangre de la paciente, y los signos vitales casi al borde del colapso; por lo tanto, la sentencia debió ser calificada como contra un homicidio doloso, y la suspensión definitiva o por años de los derechos de ejercicio de su profesión.
Es lamentable que familias como la del señor Jesús Aceves Veliz pasen por un viacrucis o calvario de seis años, para que al final se le dicte al médico una condena irrisoria. De hecho, al parecer, hay más casos de muertes por negligencia del mismo médico, pero no todas las familias víctimas presentaron denuncia penal, por eso la familia pone a disposición de todos los lectores un teléfono al cual marquen para recopilar todos los elementos que existan en contra del doctor Benito Rodríguez López, cuya clínica es la Plastic Surgery Center, ubicada en la Avenida Diego Rivera, número 2550, y 2532, Edificio Cortez Carvajal, Sexto Piso, cerca del monumento a Lincoln, en la Zona del Río Tijuana.

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