Joaquín “El Chapo” Guzmán, cabecilla de cártel de Sinaloa, declarado culpable de dirigir empresa criminal de larga vigencia, y otros cargos relacionados a las drogas
Libertad,
Washington, D.C., Febrero 12 del 2019.-Joaquín Archivaldo Guzmán
Loera, conocido por diversos alias, incluyendo “El Chapo” y “El Rápido,” fue
declarado culpable el día de hoy por un jurado federal en Brooklyn, Nueva York,
de ser el principal operador de una empresa criminal de larga vigencia – el
grupo de crimen organizado mexicano conocido como el Cártel de Sinaloa –
acusación que incluye 26 violaciones relacionadas con las drogas, y una
conspiración para cometer asesinato. Guzmán Loera fue declarado culpable
de los 10 cargos incluidos en la acusación, entre los cuales están tráfico de
narcóticos, utilización de arma de fuego para perpetrar crímenes relacionados
con las drogas, y participación en conspiración para lavar dinero. El
veredicto se dio tras un juicio de 12 semanas presidido por el juez de distrito
Brian M. Cogan. Guzmán Loera enfrenta una sentencia obligatoria de cadena
perpetua, la cual se pronunciará el 25 de junio.
El Procurador General en
funciones Matthew G. Whitaker, la Secretaria de Seguridad Nacional Kirstjen
Nielsen, el Subprocurador General Brian A. Benczkowski de la División Criminal
del Departamento de Justicia, el Procurador Richard P. Donoghue Distrito Este
de Nueva York, la Procuradora Ariana Fajardo Orshan del Distrito Sur de
Florida, el titular en funciones de la Agencia Antidrogas (DEA) Uttam Dhillon,
el Director del FBI Christopher Wray, el Subdirector Ejecutivo de
Investigaciones de Seguridad Nacional de la Agencia de Migración y Aduanas
(HSI) Derek Benner, y el titular en funciones de los Alguaciles Federales Bryan
T. Mullee del Distrito Este de Nueva York, anunciaron el veredicto.
Evidencia en el juicio:
Como se comprobó en el
juicio, Guzmán Loera era el principal cabecilla del cártel de Sinaloa, una
organización narcotraficante que operaba desde México, responsable de la
importación y distribución de vastas cantidades de cocaína, marihuana, metanfetamina
y heroína a los Estados Unidos. La evidencia presentada durante el
juicio, que incluyó el testimonio de 14 testigos; decomisos de narcóticos que
superan los 130,000 kilogramos de cocaína y heroína; decomisos de armas que
incluyen AK-47 y lanza granadas; archivos de contabilidad; mensajes de texto;
videos; fotografías y grabaciones interceptadas, todos los cuales detallan la
actividad narcotraficante de Guzmán Loera y sus cómplices, a lo largo de un
período de 25 años, desde enero de 1989 hasta diciembre de 2014. En
repetidas ocasiones Guzmán Loera fue señalado por los testigos como uno de los
cabecillas del cártel de Sinaloa.
Guzmán Loera supervisó el
contrabando de narcóticos para distribución al mayoreo en Arizona, Atlanta,
Chicago, Los Ángeles, Miami, Nueva York y otros puntos. Los miles de
millones de dólares generados ilícitamente a partir de la venta de drogas en
los Estados Unidos eran transportados de manera clandestina hacia México.
Guzmán Loera también utilizó a sicarios para llevar a cabo cientos de actos de
violencia en México para mantener el control del cártel de Sinaloa en ciertos
territorios, y eliminar a los que representaban una amenaza.
Narcotráfico
A lo largo de las décadas de
conspirar para traficar drogas, el cártel de Sinaloa transportó decenas de
miles de kilogramos de narcóticos desde Centro y Sudamérica para distribuirlas
en los Estados Unidos. Guzmán Loera utilizó diversos métodos para
transportar las drogas a los Estados Unidos, incluyendo submarinos, aviones de
fibra de carbono, trenes con compartimientos secretos y túneles
transnacionales. Múltiples testigos testificaron acerca de las
incautaciones contra el cártel de Sinaloa de cantidades masivas de cocaína,
heroína y marihuana llevadas a cabo por oficiales de la ley. Una de las
mayores incautaciones de drogas dirigidas a los Estados Unidos involucró más de
7 toneladas de cocaína escondida en latas de chiles jalapeños.
El jurado también escuchó
grabaciones incriminantes de la voz de Guzmán Loera en que hablaba de su
narcotráfico y actos de corrupción y violencia. Las llamadas incluyeron a
Guzmán Loera hablando eufemísticamente sobre enviar metanfetaminas a Los
Ángeles, Minneapolis, Ohio y Tucson.
Red de Comunicaciones
Guzmán Loera también utilizó
una sofisticada red de comunicaciones encriptadas para operar su red global de
narcotráfico. Como testificó un ingeniero en tecnología de información,
Guzmán Loera le pagó un millón de dólares para comprar y establecer una red que
le permitiera al acusado comunicarse vía internet con sus socios del
narcotráfico en Colombia, Ecuador, Canadá y los Estados Unidos sin temor a ser
interceptado por las fuerzas de la ley o sus rivales. El testigo
desarrolló un sistema secreto e inviolable que consistía en teléfonos celulares
y aplicaciones encriptadas.
Violencia del Cartel
El éxito del Cartel de
Sinaloa se basó en el uso de la violencia para mantener su poder en toda la
región y más allá. Numerosos cómplices declararon que Guzmán Loera ordenó a sus
sicarios que secuestraran, interrogaran, torturaran y dispararan a miembros de
organizaciones rivales de drogas, a veces llevando a cabo actos de violencia
por sí mismos. Un ex sicario declaró que Guzmán Loera golpeó a dos hombres con
una rama de árbol hasta que sus cuerpos “quedaron completamente como muñecos de
trapo”, antes de disparar a los hombres y ordenar que sus cuerpos fueran
arrojados a una hoguera. El ex sicario también declaró que Guzmán Loera
interrogó a un miembro del cartel rival, le disparó y ordenó que lo enterraran
vivo. En una llamada interceptada, el jurado escuchó a Guzmán Loera ordenar a
uno de sus sicarios que secuestrara a miembros del cartel rival, pero que no
los matara sin antes consultar con él.
Armas
El Cartel de Sinaloa tenía
acceso ilimitado a las armas. Un testigo de la ley mostró al jurado más de 40
armas AK-47 que fueron incautadas en El Paso, Texas, antes de que pudieran ser
entregadas a Guzmán Loera en México. Además, los testigos identificaron
fotografías de varias armas, incluidas granadas y un lanzagranadas utilizado
por el Cartel de Sinaloa. El arsenal personal de Guzmán Loera incluía un arma
AK-47 chapada en oro y tres pistolas calibre .38 con incrustaciones de
diamantes, una adornada con sus iniciales, “JGL”.
Corrupción
Las pruebas presentadas en
el juicio demostraron que, para promover los intereses del Cartel de Sinaloa,
Guzmán Loera y su organización aprovecharon una vasta red de funcionarios
gubernamentales corruptos. Estos funcionarios iban desde oficiales locales,
guardias de prisiones, funcionarios estatales, miembros de alto rango de las
fuerzas armadas, así como políticos. Estos funcionarios corruptos ayudaron a
Guzmán Loera y su organización a cambio de millones de dólares en sobornos. Por
ejemplo, según los testimonios de varios testigos, en muchos casos, a Guzmán
Loera y a sus colaboradores se les advirtió de operativos en curso, lo que
permitió a Guzmán Loera evitar su captura en múltiples ocasiones. En otros
casos, Guzmán Loera, por medio de sus empleados, pago a funcionarios para que
se hiciera de la vista gorda en relación a actividades de tráfico para
facilitar el envío de drogas, armas y dinero en efectivo.
Lavado de Dinero
El lucrativo negocio de
narcotráfico de Guzmán Loera generó miles de millones de dólares en ganancias
ilícitas. Guzmán Loera utilizó varios métodos para lavar dinero, incluido el
contrabando de efectivo de Estados Unidos a Mexico. Una de las incautaciones
más grandes fue de $1.26 millones de dólares en compartimentos ocultos en un
camión conducido por el hermano de Guzmán Loera en Douglas, Arizona, en 1989.
Además del contrabando de efectivo, Guzmán Loera supervisó numerosas compañías
fantasmas, entre ellas una empresa de jugos y otra de harina de pescado, para
lavar las ganancias del cartel.
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