* Relaciones sexuales benefician la salud mental, asegura especialista
LIBERTAD,
MÉXICO, 15-10-2016.-Las relaciones sexuales
traen beneficios importantes en la salud mental, pues esta actividad reduce el
estrés, la ansiedad y produce bienestar, aseguró el doctor en neurociencias
comportamentales, Genaro Alfonso Coria Ávila. El deseo sexual energiza a los
individuos y focaliza su atención y cognición, dijo el miembro del Centro de
Investigaciones Cerebrales (Cice) de la Universidad Veracruzana.
En entrevista con la
Agencia Informativa del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt),
Coria indicó que si el deseo se canaliza bien, puede incluso provocar
expresiones artísticas de gran intensidad y complejidad.
Sin embargo, el deseo
mal adaptado puede culminar en aberraciones conductuales o patologías
psiquiátricas, por lo que consideró importante entender las bases cerebrales de
las actitudes, pues son relevantes para la salud mental, sexual y reproductiva.
Dentro de sus
investigaciones sobre las conductas sociosexuales, el especialista señaló que
hay áreas cerebrales que modulan el deseo sexual por cierto tipo de pareja.
“En la mayoría de los
individuos de una población, el deseo se manifiesta hacia individuos
sexualmente maduros del sexo opuesto (heterosexuales)”, dijo.
“Pero también pueden
existir variantes hacia el mismo sexo (homosexuales), hacia ambos (bisexuales)
o hacia ninguno (asexuales)”, agregó.
El especialista
mencionó que las preferencias o vínculos sociosexuales se forman con aquellas
personas con las que se mantienen relaciones sexuales o se tuvo algún evento
estresante, ya que el cerebro libera de manera natural dopamina y oxitocina
durante el coito y el estrés.
“En el laboratorio,
manipulamos estos neuroquímicos para inducir deseo sexual a través del
aprendizaje inconsciente llamado pavloviano”, detalló Coria.
El doctor en
neurociencias comportamentales por la Universidad Concordia, en Canadá, resaltó
que todas las conductas motivadas de un individuo obedecen a una combinación
única de naturaleza y crianza, esto es entre biología y aprendizaje.
“La primera vez que un
joven elige pareja sexual depende probablemente más de mecanismos biológicos
organizados perinatalmente o en la infancia”, aseveró.
El investigador detalló
que cada adulto tiene una preferencia única, es decir, la pareja ideal, que
puede incluir características físicas como el color de la piel, el cabello y
los ojos, además de conductuales, cognitivas, creencias religiosas y morales.
“Todas las
características de una pareja pueden instruirse y preferirse a través del
aprendizaje, modular lo que nos gusta y lo que deseamos a lo largo del tiempo,
consolidando o debilitando los tipos de preferencia”, afirmó. (Notimex México)
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