LIBERTAD,
GUADALAJARA, 21-09-2016.-El jefe del
Departamento de Neurociencias del Centro Universitario de Ciencias de la Salud
(CUCS), Rodrigo Ramos Zúñiga, indicó que la enfermedad de Alzheimer representa
hoy en día un reto un reto para la salud pública.
En entrevista con
Notimex agregó que se espera que "de hoy tener 35 millones de personas con
Alzheimer en el mundo para 2050 pueda haber alrededor de 80 millones de
personas que padezcan esta condición, esto hace que sea necesario tomar
decisiones al respecto y estar preparados para las demandas que ahora nos
ocupan".
El investigador de la
Universidad de Guadalajara (UdeG) añadió que el Alzheimer es un síndrome
demencial "y entendemos por síndrome demencial aquella condición que va
dando lugar a un deterioro de las funciones cognitivas superiores de forma
progresiva, generalmente en personas de la tercera edad".
El también autor del
libro "Por los surcos del olvido: los sinuosos caminos de la
demencia" señaló que en la persona con Alzheimer "empieza a ocurrir
un deterioro en cálculo, juicio, atención, lenguaje, capacidad de abstracción y
memoria".
"Probablemente el
evento que más llama la atención o el más determinante para el diagnóstico es
la falla en la memoria, en particular en la capacidad para retener información
nueva que es lo que denominamos la memoria reciente", enfatizó.
Subrayó que lo más
usual es que esta enfermedad se presente después de los 65 años, pero hay
algunos casos, "de componente genético muy fuerte, que pueden presentarse
en etapas todavía más tempranas y en donde evidentemente el pronóstico es mucho
más complejo".
El experto puntualizó
que el aumento de casos de Alzheimer en el mundo se debe de manera principal al
incremento en la expectativa de vida y a la transición demográfica de la
población.
"El promedio de
presentación en una población es de 30 por cada mil adultos mayores puedan
tener Alzheimer, y en las cifras más cercanas a nuestra sociedad, lo que se
denomina prevalencia, es decir, qué tantas personas tienen Alzheimer en una
comunidad, las cifran publicadas en todo el mundo oscilan entre 7 y 15 por
ciento".
Ramos Zúñiga mencionó
que "datos ofrecidos por un grupo de investigadores indican que en Jalisco
13 por ciento de los adultos mayores tienen deterioro cognitivo".
Afirmó que esta
cantidad se puede duplicar para 2050, "porque si hablamos de estas cifras
en el contexto mundial, actualmente hay alrededor de entre 35 millones a 40
millones de personas con demencia y Alzheimer en el mundo, lo que significa que
para 2050 podría haber entre 80 millones y 90 millones que padezcan esta
condición".
"Esto nos da una
idea de cuál es el reporte global, pero que coincide con las cifras en México,
aunque existe un subregistro, por ejemplo, hay cifras del Instituto Nacional de
Geriatría en México que hablan de 300 mil, y el Instituto Nacional de
Neurología y Neourocirugía habla de 800 mil".
Explicó que hay un
subregistro: "primero, por desconocimiento; y en segundo, porque muchas
veces, a pesar de que se perciben los síntomas, son personas que no están
detectadas en el sector salud o no están diagnosticadas porque los olvidos se
ven por los familiares como algo normal en los adultos mayores".
Cuando hay cambios
cognitivos, agregó, aún a pesar en la tercera edad, se requiere de un
diagnóstico, así como de atención y tratamiento específico para discernir de
qué tipo de demencia se trata, "para que la persona tenga un trato médico
apropiado, y desde el punto de vista humanitario que sea con dignidad".
El diagnóstico se hace
por exclusión porque el Alzheimer no es la única causa de demencia, "pero
sí es la demencia degenerativa más frecuente, y los elementos que contribuyen a
ello son de carácter multifactorial, tienen que ver los genes, pero también
factores de carácter ambiental", comentó.
Resaltó que es
necesario precisar los datos clínicos y las etapas que tiene la enfermedad de
Alzheimer, "porque de ahí deriva qué tanto impacto tiene su contexto
ambiental inmediato, como son sus familiares".
Ramos Zúñiga precisó
que en la primera etapa de Alzheimer "sólo se presenta un deterioro
cognitivo de leve a moderado que afecta particularmente la memoria, pero la
persona según sus recursos cognitivos o lo que denominamos hoy reserva
cognitiva va compensando muchas de estas deficiencias por otras salidas y va tratando
de como solventarlo".
"Incluso, en algunos cómo que no se les nota, y ello mismo deriva en que hay veces que la misma persona que padece estos olvidos pues usualmente llega a la consulta acompañado de su familiar y se pregunta por qué está ahí si él se siente bien", estableció.
"Incluso, en algunos cómo que no se les nota, y ello mismo deriva en que hay veces que la misma persona que padece estos olvidos pues usualmente llega a la consulta acompañado de su familiar y se pregunta por qué está ahí si él se siente bien", estableció.
El especialista apuntó
que lo anterior denota que no hay todavía en el paciente una conciencia clara
de lo que ocurre o de la progresión del Alzheimer.
Detalló que una segunda
etapa es cuando el deterioro cognitivo es más avanzado, "involucra también
cambios en la personalidad y en el perfil del sujeto, e involucra casos que
pueden incurrir en riesgos específicos derivados de los olvidos: pueden
extraviarse, no recuerdan como firmar, pierden las llaves, no saben cómo
regresar a su casa, empiezan a tener olvidos más consistentes".
Manifestó que en una
tercera etapa ya implica tener una dependencia a otra persona, debido a que
requiere ser alimentada, ser asistida para su aseo, "ya hay otro tipo de
condiciones".
El experto puntualizó que el Alzheimer no sólo afecta a un individuo sino a toda su familia y entorno social.
El experto puntualizó que el Alzheimer no sólo afecta a un individuo sino a toda su familia y entorno social.
Expresó que existe una
gran cantidad de desinformación que hace que en las familias el diagnóstico sea
muy tardío, "y se generan a veces muchos conflictos de carácter familiar
por desconocimiento, porque no saben lo que ocurre".
"Muchas veces
puede ser confundido por un cuadro psiquiátrico o con una actitud negligente
por parte de la persona de la tercera edad, y eso incluso puede generar otro
tipo de disociación de la dinámica familiar".
Destacó que "es
ahí donde viene el rol de una figura que generalmente se da en el seno de las
familias, que es el cuidador, porque generalmente en las familias latinas y en
las familias extensas, los mismos hijos o nietos cuidan habitualmente
a los abuelos".
Hay estudios sobre el
impacto que se tiene en el cuidador por atender al adulto mayor, "con la
demanda que requiere una situación de un diagnóstico de Alzheimer",
indicó.
En muchas ocasiones,
añadió, debido al desgaste físico y psicoemocional, el cuidador se enferma.
Comentó que los otros
miembros de la familia "a veces se desmarcan de la situación, porque todo
mundo está ocupado, tienen sus quehaceres y eso hace entonces que la carga
sobre el cuidador sea tal que muchas veces se enferma más temprano de otra
situación más grave que el paciente".
Estableció que parte de
las estrategias terapéuticas deben de ir orientadas a tratar de consolidar la
estructura, la red social o la red familiar, "para que no haya este
desgaste del cuidador y que se mantenga un equilibrio y una atención más
apropiada para este tipo de pacientes".
Por ello, mencionó que
existen algunos tratamientos farmacológicos que no son curativos pero sí ayudan
de alguna manera a mejorar la función cognitiva y a tener un poco más de
control de los síntomas.
Dijo que también existe
la terapia no farmacológica, "en donde entran estrategias de lo que se
denomina rehabilitación cognitiva, que son toda una serie de estrategias
psicológicas a nivel de lo que es memoria, juicio, atención, con el fin de
ejercitar el cerebro, para que al menos el deterioro sea lo menos evolutivo en
el tiempo y lo más estable posible".
Finalmente, resaltó la
relevancia que tiene hoy en día el Alzheimer como uno de los retos en salud
pública para la Organización Mundial de la Salud. (Agencia NTMX)
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