Gerardo Díaz
Valles
CAMPOSANTO
Las amenazas del líder de los veteranos Salvador
Ochoa Fajardo de manifestarse en la Casa Municipal, de hacer ruido y hasta
arrojar féretros a la Presidencia, sin duda caló hondo. Los escalofríos
llegaron al duro pellejo de Silvano Alcalde, tan medroso a este tipo de
escándalos, que pudieran manchar su imagen de alcalde populachero y bonachón. Y
es que su promesa de dotar a los “cabecitas de cebolla” de un cementerio digno
y cercano, para despedir a los que fallecen y de paso dotar de lugar para
celebrar el “Día de Los Muertos”, fue hecha meses atrás, pero nada se había
movido en apego al clásico refrán de “El prometer no empobrece… cumplir es lo
que aniquila”. Los Regidores se aprobaron un Punto de Acuerdo y el entonces
Secretario Urbano, Manuel Ibarra, elaboró sobre las rodillas los primeros
trazos de lo que sería el nuevo panteón municipal Público-Privado, dejando
abierta la posibilidad al alcalde de también entrarle al lucrativo negocio de
la muerte, siguiendo los pasos de su antecesor Antonio “El Mono” Macías. “Qué
pasó con lo que prometiste Silvano, acuérdate que eres un mandatario, no un
dictadorcillo tipo José Estalin”, tal fue la advertencia de don Shava al lépero
alcalde quien antes ya lo hostigaba y feo, por haberse abierto en franco apoyo
al Arquitecto Juan Carlos Molina Torres, el “Archienemigo” de Silvano
lanzado aquel como Candidato Independiente en las pasadas elecciones. Total que
a semanas de los comicios nada había pasado, hasta hace unos días en que
maquinaria pesada empezó a raspar tramos de dicho predio en las cercanías del
Poblado Morelos. Frente a las olvidadas instalaciones de la mal llamada
“Perrera Municipal” y donde hace años las 18 hectáreas de dicho predio,
fueron entregadas en comodato a la asociación ecológica pro medio ambiente que
maneja Elia Campillo Osnaya, para dotar a la ciudad de un pulmón verde, un
lugar de recreo y para el fomento del cuidado de la naturaleza e incluso un
refugio y zona segura en caso de alguna contingencia o desastre natural. Un
ambicioso proyecto que al igual que el de la Perrera, también quedó trunco.
Total que alrededor de dicho predio en discordia, se localizan media docena de
fraccionamientos cuyos moradores se encuentran muy molestos por la intentona de
sembrarles un cementerio justo al lado de sus hogares, cuando dicho proyecto no
reúne ninguno de los requerimientos técnicos, ni cuenta con un estudio de
factibilidad o de impacto ambiental, por lo que ya contemplan salir a
manifestar su rotundo rechazo al cementerio prometido al calor de la reciente
contienda electoral.
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