Rosarito Blues” Por Gerardo Díaz Valles
Los flamantes regidores, integrantes del cabildo y mal llamados
“representantes ciudadanos”, no tienen “progenitora” pues al grito de “atáscate
Matías…”, hicieron las formas a un lado para autorizarse “por sus pistolas y al
cuarto para la una”, un total de 34 nuevos permisos para taxis en donde
evidenciaron sus verdaderos intereses, afanes y malicia. En el tristemente
llamado “año de Hidalgo” ni del Síndico Tomás de La Rosa Martínez, se aguantó
las ganas de entrarle al asqueroso reparto “con singular alegría” para entrarle
al negocio del transporte público. De La Rosa quien ya desempeñó ese cargo en
el trienio de Luis Enrique Díaz Félix, aprovechando su cargo para beneficiar a
su cuñada. Esta vez el funcionario conocido por sus desplantes de “Play boy”
Esta vez no utilizó el micrófono para pontificar y llenarse la boca de
palabrerías huecas, sin sentido y doble moral. No esta vez el Señor de La Rosa,
no buscó lucirse para tratar de justificar su chamba, por el contrario buscó pasar
lo más desapercibido posible…Peor aún en la rebatinga por los espacios de la
zona federal en la playa y la renovada zona turística cursimente llamada como
“La Zona Rosa-Rito”, el gobierno “que entiende y atiende” de Silvano
Alcalde, la autoridad llega con la canasta recaudadora por delante imponiendo
multas, sanciones y decomisos, a quienes no aportan su respectivo “moche”,
vulgo aportaciones obligadas a comerciantes que nunca se reportan en las cajas
de Recaudación Municipal. Las quejas de los turistas, los comerciantes
establecidos y los mismos comerciantes afectados para nada le importan a la
“máxima autoridad”. El desorden en la playa pinta tal cual al gobierno
Silvanista del desorden, la simulación y el abuso de poder. Nadie se salva,
allí están los operadores de estacionamientos frente a la playa, los eloteros,
los coqueros y fruteros, los globeros, los cadeneros y chachareros, los
restauranteros operadores de clubes de playa, los renteros de caballos, los
músicos más los que se apunten en la semana. El peligro de un estallido de mina
de gas, de una quemadura por agua u aceite hirviendo, cortados por envases de
vidrio, de ser atropellados, verse afectados por posibles trifulcas y otras
linduras. El riesgo de una tragedia es inminente en la playa, tierra de
Todos y tierra de nadie. Qué decir del cuerpo de salvavidas, esos héroes
anónimos de quien la autoridad solo se acuerdan cuando se asoma una desgracia,
pues con este caos prácticamente no les queda siquiera campo visual para
vigilar a la gente, a los niños, menos para correr y realizar sus maniobras con
la unidad, el acua-moto o el jet ski, ante una emergencia. Pobre gente de
Rosarito, quién podrá ayudarlos?
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